domingo, 30 de diciembre de 2012

Miedo

Hay una historia que tengo miedo de escribir.
Pocas cosas me dan miedo. Hay cosas que me hacen dudar, hay cosas que me hacen sentirme insegura... Pero, ¿miedo? Siempre me pregunté, ¿A qué se le puede tener miedo después de haber tocado fondo? No a mucho, sin duda. No a mucho.
Finalmente, sólo nos da miedo aquello a lo que nos aferramos con desesperación. Aquello que nos sentimos incapaces de soltar. Una vez que lo sueltas, ya no tienes miedo.
Sé que debo soltarlo. Pero no sé cómo. No, sí lo sé. Lo puedo soltar escribiendo. Como lo hacía 10 años atrás. Cuando sólo tenía las letras, las maravillosas letras, y permití que cambiaran todos mis planes. 
Siempre he sabido qué es lo que debo hacer. 
Pero me da miedo.
Y es en medio de ese terror absoluto, aquél que te paraliza y te invalida, que tengo la más clara epifanía. Debo escribir. Debo soltar. Debo dejar que las letras me salven. Porque sólo ellas pueden. Porque es el camino que yo misma elegí, hace 10 años, y he tenido demasiado miedo de seguir.


"Pero escribí y me muero por mi cuenta,
porque escribí porque escribí estoy vivo"

- Enrique Lihn